Una mujer de Nebraska fue condenada el miércoles a 90 días de cárcel por quemar y enterrar su feto abortado.
Celeste Burgess, de 18 años, se declaró culpable de ocultar o abandonar un cadáver a principios de año. Su madre, Jessica Burgess, de 42 años, ya se declaró culpable de proporcionar a su hija pastillas para un aborto ilegal y de quemar y enterrar el feto a principios de este mes.
Burgess evitó otros dos cargos menores de denuncia falsa y ocultación de la muerte de otra persona gracias a un acuerdo con la fiscalía. Su aborto a finales del tercer trimestre infringía la prohibición de abortar a las 20 semanas que existía entonces en Nebraska.
El gobernador Jim Pillen (R) firmó una prohibición de 12 semanas en Nebraska a finales de mayo de este año. Esta prohibición se promulgó poco menos de un año después de que el Tribunal Supremo anulara el caso Roe contra Wade, poniendo fin al derecho constitucional al aborto a nivel nacional.
«El Tribunal considera específicamente que, si bien la libertad condicional es apropiada, el confinamiento es necesario porque sin este confinamiento se depreciaría la gravedad del delito o se promovería la falta de respeto a la ley», rezaba la orden del juez en el caso de Burgess.
Los mensajes de Facebook de madre e hija, a los que tuvo acceso la policía local mediante una orden de registro, sirvieron para localizar los restos enterrados del feto. Al parecer, los mensajes detallaban los planes de la mujer para el aborto y la destrucción de las pruebas.
The Associated Press contribuyó a este reportaje.