Un candidato presidencial ecuatoriano que recientemente se comprometió a erradicar la corrupción y encerrar a los «ladrones» del país fue asesinado a tiros en un mitin político en la capital, mientras el país sudamericano se tambalea por la delincuencia y la violencia relacionadas con las drogas.
QUITO, Ecuador (AP) – Fernando Villavicencio, de 59 años, conocido por sus declaraciones contra los cárteles, fue asesinado el miércoles, a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales extraordinarias. No era uno de los favoritos, pero su muerte agravó la crisis del crimen organizado, que ya se ha cobrado miles de vidas, y subrayó el reto al que se enfrentará el próximo líder de Ecuador.
Un vídeo del mitin de Quito publicado en las redes sociales mostraba a Villavicencio saliendo del acto rodeado de guardias. Las imágenes mostraban al candidato entrando en una camioneta blanca antes de que se oyeran disparos, seguidos de gritos y conmoción alrededor de la camioneta.
La secuencia de los hechos fue confirmada a The Associated Press por Patricio Zuquilanda, asesor de campaña de Villavicencio.
El candidato había recibido al menos tres amenazas de muerte antes del tiroteo y las denunció a las autoridades, lo que provocó una detención, dijo Zuquilanda.
«El pueblo ecuatoriano está llorando y Ecuador está herido de muerte», dijo el asesor. «La política no puede llevar a la muerte a ningún miembro de la sociedad».
El ex vicepresidente Otto Sonnenholzner, que también aspira a la presidencia, lamentó la pérdida en una rueda de prensa: «Nos estamos muriendo, ahogándonos en un mar de lágrimas, y no merecemos vivir así».
Los asesinos lanzaron una granada a la calle para cubrir su huida, pero no explotó, dijo el presidente Guillermo Lasso. La policía destruyó posteriormente la granada con una explosión controlada.
Las operaciones llevadas a cabo en distintos sectores de Quito se saldaron con seis detenciones. Un sospechoso murió bajo custodia a causa de las heridas sufridas en un tiroteo, dijo la oficina del fiscal general.
Lasso sugirió que el asesinato podría estar vinculado a la delincuencia organizada e insistió en seguir adelante con las elecciones previstas para el 20 de agosto. Declaró tres días de luto nacional y un estado de emergencia que implica el despliegue de personal militar adicional en todo el país.
«Ante la pérdida de un demócrata y un luchador, las elecciones no se suspenden. Al contrario, hay que celebrarlas y fortalecer la democracia», dijo Lasso el jueves.
En su último discurso antes de ser asesinado, Villavicencio prometió a una multitud enfervorizada que combatiría la corrupción y encarcelaría a más delincuentes.
Había sido amenazado por miembros del cártel mexicano de Sinaloa, uno de los muchos grupos de delincuencia organizada internacional que ahora operan en Ecuador. Dijo que su campaña representaba una amenaza para esos grupos.
«Aquí estoy dando la cara. No les tengo miedo», dijo Villavicencio en un comunicado antes de su muerte, nombrando al detenido jefe criminal José Adolfo Macías por su alias, «Fito».
Villavicencio, uno de los ocho aspirantes a la presidencia, era el candidato del Movimiento Construyamos Ecuador.
A medida que los narcotraficantes han empezado a utilizar los puertos costeros del país, los ecuatorianos se han visto sacudidos por una violencia que no se veía desde hacía décadas. En muchas de las principales ciudades se oyen disparos de bandas rivales que luchan por el control, y las bandas han reclutado a niños.
El mes pasado, el alcalde de la ciudad portuaria de Manta fue asesinado a tiros. El 26 de julio, Lasso declaró el estado de emergencia en dos provincias y en el sistema penitenciario del país, en un intento de frenar la violencia.
La gente que esperaba el autobús en Guayaquil, ciudad portuaria al sur de Quito que ha sido epicentro de la violencia de las bandas, expresó su conmoción por el asesinato de Villavicencio.
«Esto demuestra que la violencia en el país va en aumento», dijo la farmacéutica Leidy Aguirre, de 28 años. «Los políticos supuestamente tienen más seguridad que los ciudadanos y esto demuestra que ni siquiera ellos están a salvo».
En otros lugares, la gente hacía su vida tomando clases de ejercicio al aire libre y dando paseos diarios porque están resignados a vivir en medio de la violencia.
Marjorie Lino, ama de casa de 38 años, se lamentaba del peligro mientras caminaba con una amiga por la carretera principal que conduce a uno de los barrios más violentos del país.
«A nosotras, como mujeres, nuestros maridos nos dicen que no salgamos por aquí, pero no importa (porque) cuando una va a morir, muere hasta en la puerta de su casa», dijo. No cree que ninguno de los candidatos presidenciales sea capaz de acabar con la violencia.
Villavicencio fue una de las voces más críticas del país contra la corrupción, especialmente durante el gobierno del presidente Rafael Correa (2007-2017).
Fue periodista independiente que investigó la corrupción en gobiernos anteriores antes de entrar en política como activista contra la corrupción.
Villavicencio presentó numerosas denuncias judiciales contra altos cargos del gobierno de Correa, incluso contra el propio ex presidente. Fue condenado a 18 meses de prisión por difamación por sus críticas a Correa, y huyó a territorio indígena en Ecuador, recibiendo posteriormente asilo en el vecino Perú.Edison Romo, ex coronel de inteligencia militar, dijo que las denuncias contra la corrupción convertían a Villavicencio en «una amenaza para las organizaciones criminales internacionales.»
Lasso, un ex banquero conservador, fue elegido en 2021 con una plataforma favorable a las empresas y chocó desde el principio con la coalición mayoritaria de izquierdas en la Asamblea Nacional.
Se convocaron elecciones anticipadas después de que Lasso disolviera la Asamblea Nacional por decreto en mayo, en un movimiento para evitar ser destituido por acusaciones de que no intervino para poner fin a un contrato defectuoso entre la compañía estatal de transporte de petróleo y una empresa privada de buques cisterna.
El país se ha enfrentado a una serie de convulsiones políticas en los últimos años.
Según las autoridades, al menos otras nueve personas resultaron heridas en el tiroteo, entre ellas un candidato al Congreso.
El asesinato fue acogido con indignación por otros candidatos que exigieron medidas, y la favorita a la presidencia Luisa González, del partido Revolución Ciudadana, dijo que «cuando tocan a uno de nosotros, nos tocan a todos».
Villavicencio estaba casado y le sobreviven cinco hijos.
García-Cano informó desde Guayaquil, Ecuador.