Guarda las pastillas para la hipertensión y mejor dedícate a tener sexo.
Sabemos que tener sexo es relajante y placentero, pero a nivel médico tiene varios beneficios que los científicos exploran constantemente.
Una investigación de la Universidad Estatal de Georgia encontró que tener sexo puede salvarte de un derrame cerebral o un infarto. ¿Cómo? Resulta que la actividad sexual es sumamente conveniente para reducir la presión arterial, y es prácticamente tan efectiva como los medicamentos, así que guarda las pastillas para la hipertensión y mejor dedícate a tener sexo.
Al tener relaciones sexuales de manera regular, la presión arterial de los participantes del estudio se redujo en un 13 por ciento al día, pues las endorfinas que se liberan durante el coito actúan como un poderoso relajante y la actividad corporal que implica, transporta una importante cantidad de oxígeno a través de la sangre, lo que ayuda a disminuir la presión arterial.
Adicionalmente, la oxitocina que se libera durante los orgasmos, impacta directamente a la presión arterial, en particular en el caso de las mujeres.
La hipertensión es un importante factor de riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares, pues al hacer que el corazón se esfuerce más para bombear la sangre al cuerpo, incrementa la presencia de arritmias y el riesgo de insuficiencia cardiaca.
De igual manera, la presión arterial alta propicia arterioesclerosis, es decir, la presencia de colesterol en las arterias que las vuelve rígidas y estrechas. Esta condición provoca infartos cerebrales o la rotura de arterias que puede conducir al temido derrame cerebral.
Tener sexo de manera regular puede prevenir estas circunstancias, además de equilibrar los niveles de estrógeno y testosterona que también son fundamentales para evitar infartos.
Otros beneficios del sexo incluyen el fortalecimiento del sistema inmunológico, pues la actividad sexual acelera la producción de anticuerpos en la sangre que protegen de las infecciones. También fortalece el piso pélvico, lo que evita problemas como la incontinencia urinaria.
El estudio fue publicado en el Journal of Sexual Medicine.
