Mahjubin Hakimi, una joven integrante del equipo nacional afgano de voleibol femenino, fue presuntamente decapitada por los talibanes a principios de octubre, según Suraya Afzali, una de las entrenadoras del equipo.
En una entrevista con el diario Persian Independent, Afzali confirmó que Hakimi fue asesinada, pero dijo que nadie, aparte de la familia de la deportista, conocía la hora exacta o el desarrollo del incidente. Es probable que el incidente haya permanecido oculto porque la familia de Hakimi había sido amenazada para que guardara silencio.
Afzali declaró al Independent que muchas atletas están «amenazadas», especialmente las que han competido en certámenes nacionales y extranjeros, o han aparecido en programas de los medios de comunicación, como las del equipo de voleibol. Desde su reciente toma de posesión, los talibanes han estado buscando activamente a las atletas en varias ciudades e invadiendo sus hogares, según Afzali.
La entrenadora dijo que sólo dos de las jugadoras de voleibol del equipo han podido salir de Afganistán. Recientemente, se han realizado múltiples esfuerzos para rescatar a las atletas de Afganistán, pero los esfuerzos de las integrantes del equipo de voleibol por conseguir ayuda de organizaciones extranjeras han fracasado.
Los talibanes llevan mucho tiempo deseando perturbar el deporte femenino, según el Independent. Todas las actividades deportivas, sociales y políticas de las mujeres han cesado, por motivos de seguridad. Hakima jugaba en el club de voleibol del municipio de Kabul antes del colapso del anterior gobierno afgano y era supuestamente una de las mejores jugadoras del club.
