SpaceX lanzó esta semana uno de sus cohetes Falcon 9 por decimosexta vez, batiendo un récord, ya que el propulsor de partículas de hollín llevó al espacio otro lote de satélites de Internet Starlink.
El cohete, denominado B1058 por SpaceX, hizo su debut en mayo de 2020, cuando transportó al espacio a dos astronautas de la NASA: Bob Behnken y Doug Hurley. Montados en una cápsula Crew Dragon, el dúo pasaría unos meses en la Estación Espacial Internacional como parte de una misión de demostración para el programa de tripulación comercial de la NASA.
Este cohete en particular destaca del resto de la flota de SpaceX no sólo por su vuelo récord, sino también porque es el único cohete que lleva el logotipo del gusano rojo de la NASA en el fuselaje.
Tras su histórico primer vuelo, el cohete realizó 14 misiones más antes de surcar los cielos el domingo 9 de julio por la noche. Entre ellas, el satélite de comunicaciones militares surcoreano Anasis-2, una misión de reabastecimiento de la estación espacial, dos misiones de transporte compartido y diez lotes de satélites Starlink.
Con estos lanzamientos, se unió a otro cohete, el B1060, como colíder de la flota, habiendo volado 15 veces cada uno. Sin embargo, con el vuelo del domingo, B1058 rompió el empate y estableció un nuevo récord, por ahora.
Cuando SpaceX debutó con su cohete Falcon 9 ultrarreutilizable en 2017, el CEO de la compañía, Elon Musk, presumió de que el propulsor sería capaz de volar al menos 10 veces antes de ser reacondicionado y al menos 100 veces antes de ser retirado. También predijo que el mismo propulsor despegaría, aterrizaría y volvería a volar en un periodo de 24 horas.
Aunque ese hito no se ha producido, SpaceX ha superado el objetivo original de 10 vuelos, pero no sin renovaciones entre vuelos.
Sin embargo, a medida que la empresa ha ido experimentando con la reutilización, el tiempo entre vuelos se ha reducido drásticamente. Y SpaceX ha aprovechado ese tiempo para racionalizar el proceso de inspección y reacondicionamiento.
En un evento de prensa celebrado el año pasado, los responsables de la empresa afirmaron que, una vez que los propulsores alcanzaban una cadencia regular de 10 vuelos, estaban en plena forma, por lo que el equipo de ingeniería empezó a calificarlos para 15 vuelos. Dado que varios propulsores han alcanzado ese hito, la empresa pretende ampliar aún más el proceso de reutilización.
Musk ha declarado que desea que los vuelos espaciales se parezcan mucho a los viajes en avión, en los que lo único que haya que hacer es repostar el cohete entre vuelo y vuelo, como ocurre actualmente con los aviones. Aunque todavía no hemos llegado a ese punto, los esfuerzos de reutilización de SpaceX han colocado al fabricante de cohetes a la vanguardia del sector.
En 2022, SpaceX voló un récord de 61 misiones, la mayoría de ellas en cohetes ya volados.
Se espera que la empresa aumente significativamente esa cadencia este año, con más de 40 lanzamientos ya en su haber para 2023. La clave es la reutilización.
Se espera que la empresa aumente significativamente esa cadencia este año, con más de 40 lanzamientos ya en su haber para 2023. La clave es la reutilización.
Los esfuerzos de reutilización de la empresa han permitido a SpaceX convertirse en líder mundial de lanzamientos y han inspirado a otros proveedores a pensar en opciones reutilizables. Rocket Lab, otro prometedor proveedor de lanzamientos, ha ampliado sus esfuerzos para reutilizar también sus propulsores de primera etapa.
Según Musk, la primera etapa es la parte más cara del cohete. Y al reutilizarlos, la empresa puede reducir costes, lo que en última instancia hace que los vuelos espaciales sean más accesibles, ya que ese ahorro de costes puede repercutirse en los clientes.
¿Conseguirá SpaceX su viejo objetivo de hacer volar el mismo cohete dos veces en un periodo de 24 horas? Tal vez, pero es más probable que alcance primero los 20 vuelos de un cohete propulsor.