Los médicos están viendo otra secuela de la pandemia: un aumento dramático en los trastornos de la alimentación.
(WJAR) – «Lo que hemos visto durante la pandemia es que: los trastornos alimentarios han aumentado en un 70%», dijo la Dra. Cara McNulty, presidenta de Salud Conductual y Bienestar de CVS Health. «Y los trastornos alimentarios y la alimentación desordenada afecta no sólo a las mujeres jóvenes, pero las mujeres de todas las edades, hombres de todas las edades, todas las razas, etnias, orígenes.»
La alimentación desordenada es un término bastante nuevo. No es un diagnóstico, sino más bien una frase descriptiva.
Por ejemplo: «Una persona que está a dieta todo el tiempo. Puede estar probando diferentes dietas de moda o hacer dieta constantemente», explicó McNulty. «Y eso, si no se atiende, puede convertirse en un trastorno alimentario».
Las imágenes poco realistas son un factor importante.
«Lo que vemos en las redes sociales y en las revistas son cosas perfectamente retocadas», dijo McNulty.
Parte de la solución son los mensajes: ¡las palabras importan! Y hay que empezar desde pequeños.
«Hay que fijarse en el lenguaje que utilizamos, en cómo hablamos a nuestros hijos sobre la alimentación, los alimentos y las elecciones alimentarias, y eliminar la vergüenza y la culpa de lo que significa llevar una vida sana y equilibrada», explica McNulty.
Cuando uno se obsesiona con la báscula, puede correr riesgos físicos.
«La inanición prolongada o la restricción o los atracones y las purgas no permiten que nuestro cuerpo se adapte a la absorción de los nutrientes; la nutrición que nos aportan los alimentos», afirma McNulty.
Si te obsesionas con lo que comes o dejas de comer, o con la cantidad de ejercicio que haces, quizá sea el momento de buscar ayuda. No hay que avergonzarse.
Perder peso, cuando beneficia a tu salud, es algo bueno
«Empieza despacio. Haz cosas que te diviertan o te hagan disfrutar, y no hace falta hacer mucho ejercicio para mejorar nuestra salud mental y nuestro bienestar», dice McNulty.
En otras palabras, practica la moderación. Cuando empiezas a eliminar o demonizar ciertos alimentos, puedes caer en una pendiente resbaladiza que te lleve a comer como un yo-yo, a pasar hambre o a consumir alimentos y darte atracones.
Y existen muchos recursos, incluso de apoyo, para quienes los necesitan.
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