Halloween, “Joker” y payasos nocturnos en las calles: ¿por qué les tememos tanto?
(CNN en Español) — En el verano de 2016, personas vieron que unos payasos en Carolina Sur estaban intentando atraer a un bosque a los niños de un complejo de apartamentos; luego, en octubre, en Texas y Virginia Occidental, arrestaron a unos payasos que perseguían a desconocidos con palos y bates de béisbol; en Ohio, Phoenix y Kentucky, payasos robaron estaciones de servicio y restaurantes de Taco Bell y Domino’s. Incluso, un payaso que portaba un cuchillo fue abaleado por un hombre en Los Ángeles. La tendencia se replicó incluso en Reino Unido días después.
Muchos medios de comunicación cubrieron el fenómeno, el secretario de prensa de la Casa Blanca de la administración Obama, Josh Earnest, fue cuestionado sobre el tema –“no sé si el presidente ha sido informado sobre esta situación particular”, dijo–, el escritor Stephen King –creador del tenebroso “It”– invitó a “bajarle a la histeria de los payasos” en un tuit e, incluso, Wikipedia tiene la reseña histórica del hecho: “2016 clown sightings” (Avistamientos de payasos en 2016). La situación llegó al punto de que el almacén minorista Target retiró del mercado ciertas máscaras de payasos –uno de los disfraces clásicos de Halloween–, “dado el entorno actual”, dijo el comunicado.
¿Qué estaba pasando en 2016? ¿Por qué los habitantes de varias ciudades de Estados Unidos empezaron a ver a personas disfrazadas de payasos siniestros en las calles, parados solos, en medio de la noche?
“Es un efecto de bola de nieve”, dijo en 2016 en CNN Benjamin Radford, autor del libro Bad Clown –no es broma, mira aquí–, y habla de fenómenos similares en los años ochenta y cómo los payasos de Carolina del Sur que buscaban atraer a los niños al bosque quizá fueron los que desencadenaron el resto de apariciones de payasos en 2016. Estos avistamos son, en definitiva, “donde el rumor y la preocupación legítima se mezclan con nuestra inclinación humana por una buena historia”, escribió AJ Willingham para CNN.
Pero Radford también exploraron la posibilidad en 2016 de que el fenómeno podría venir de la búsqueda de alguien de tener una foto viral en redes sociales, e incluso, una estrategia de marketing, como ocurrió en Massachusetts, que usaron un payaso tenebroso como un truco de marketing viral para una casa embrujada local.
Sin embargo, hay algo más profundo en esto: la coulrofobia, fobia o miedo irracional a los payasos, mostró una prevalencia de 43% de los encuestados en una encuesta de Rasmussen Reports realizada en 2014 a 1.000 adultos estadounidenses. Así que los que salieron a la calle disfrazados de payasos sabían que estaban jugando con un temor profundo y enraizado, que la psicóloga Linda Papadopoulos remontó siglos atrás en un artículo de CNN en 2016: “Se supone que son divertidos, juguetones y que recuerdan la inocencia de la infancia. Pero ya en el siglo XVI, los bufones de Shakespeare a menudo se asociaron con la muerte y la oscuridad”.