La Comisión de Derechos Humanos impuso al dueño una multa de $10,000 e instan a inquilinos que denuncien actos de discriminación al alquilar, algo que es ilegal en Nueva York.
EL DIARIO NY (EDWIN MARTÍNEZ) – En marzo del año pasado, tras varios meses de buscar y buscar una nueva vivienda, Heidi Velasco encontró un apartamento cómodo en un segundo piso en Maspeth, Queens, lo que la puso muy contenta. Ya estaba lista para partir, con las cajas empacadas con todos sus enseres, los muebles desarmados y hasta había solicitado los servicios públicos en el que sería su nuevo hogar para ella, su esposo y sus tres hijos. Pero faltando un día para la mudanza, la alegría se convirtió en tristeza y angustia. El dueño del apartamento decidió echarse para atrás en el contrato de arrendamiento que ya había firmado con la familia colombiana, al darse cuenta que Matthew, el segundo hijo de la pareja, era ciego.
“Johan, mi hijo mayor, de 18 años, fue con el niño a recoger las llaves y allí el casero vio que Matthew no veía y aunque se portó muy bien con él en ese momento, al otro día nos mandó un mensaje de texto donde decía que ya no nos iba a rentar el apartamento por el niño”, recordó la madre, enseñando copias de los mensajes.
“El problema es su hermano menor. Cuando sus papás vinieron por primera vez a mi casa, no me contaron sobre la condición de su hermano, hasta ayer que lo vi en mi casa. Así que no puedo responsabilizarme de su hermano menor, si algo le sucede”, decía uno de los textos que el arrendatario envió.
“Él ni siquiera nos llamó, solo decía que él no iba a rentarnos por el niño, como si ser ciego fuera un pecado y como si la responsabilidad de cuidarlo fuera de él”, contó la madre, explicando que la mudanza tuvo que cancelarse.
Los representantes de la agencia inmobiliaria que les ayudó a conseguir el apartamento decían que no podían hacer nada ante la negativa del dueño, identificado como Quin Chen, y conocido como Sam, y tras lograr hablar finalmente con él por teléfono, se mantuvo en que no les iba a rentar y reafirmó que era por la condición del pequeño.
“Yo me sentía muy mal. Tuve que pedir en la otra casa que nos dieran más tiempo para buscar otro sitio y cuando la madrina de Matthew se enteró de lo que nos había pasado, se contactó con las agencias de la Ciudad y el 4 de agosto se puso la queja por discriminación. Contactaron el señor y él negó todo, algo que según la persona que nos asesoró de la Comisión de Derechos Humanos es normal que hagan al principio los demandados”, dijo la madre, quien confiesa que solo tenía un propósito en mente: “Yo lo único que quería era que él aprendiera una lección, porque nos estaba discriminando y me dolía oír a mi hijo diciendo que por culpa de él no nos habían rentado”.
Aumenta este tipo de discriminación
El pasado 14 de agosto, tras una conciliación con el casero, la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York concluyó la investigación por discriminación y lo castigó con una multa de $10,000, por daños emocionales, entregada a la familia, advirtiendo que en la Gran Manzana es ilegal discriminar a los inquilinos por motivos de discapacidad. Asimismo lo obligó a asistir a una capacitación sobre la Ley de Derechos Humanos de Nueva York, para que la conozca en pleno y además poner a la entrada de su edificio un aviso con los puntos de la Ley de vivienda justa.
En los últimos dos años han aumentado en un 20% las investigaciones por discriminación, por hechos de discapacidad. Y actualmente de los 1,032 casos que ese organismo investiga, 502 son por asuntos relacionados con vivienda.
“A ningún neoyorquino se le debe negar la vivienda porque tenga una discapacidad, y menos todavía a un niño”, aseguró el Comisionado Adjunto de la Oficina de Aplicación de la Ley de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de Nueva York, Hollis V. Pfitsch. “El acceso equitativo es la ley de terrenos en la ciudad de Nueva York y la Comisión de Derechos Humanos lucha todos los días para garantizar que los neoyorquinos con discapacidades tengan el acceso y el alojamiento que necesitan en la vivienda, el lugar de trabajo y los espacios públicos para vivir felices”.