El cónclave en Washington fue diferido para una fecha indeterminada del próximo año, y su extensión y contenido dependerá de la posición que la Argentina adopte hacia adelante respecto a China, Rusia y sus socios locales en América Latina
La reunión entre Alberto Fernández y Joe Biden en Washington fue aplazada hasta 2023, en una fecha a determinar que será comunicada por la Casa Blanca a la Cancillería argentina.
Biden mantiene su promesa de encontrarse con el jefe de Estado, pero durante las pocas semanas que quedan de 2022 optó por concentrarse en las elecciones de medio término, sus consecuencias domésticas inmediatas y la compleja situación internacional atravesada por la guerra ilegal de Rusia contra Ucrania y la ofensiva geopolítica lanzada por el líder chino Xi Jinping.
Las dudas sobre el viaje de Alberto Fernández a DC no sólo se vinculan a una fecha oficial asignada por el protocolo del Salón Oval. Biden intenta conocer los motivos políticos y económicos que justifican el cónclave con su colega de la Casa Rosada. Al respecto, el presidente de los Estados Unidos tiene dos formatos: una photo opportunity con su invitado del momento o una profunda agenda diplomática que intente satisfacer los mutuos intereses bilaterales.
Biden considera a Vladimir Putin un dictador y toda su política exterior se orienta a terminar con la guerra ilegal que libra Moscú contra Ucrania. El líder demócrata protagoniza todos los esfuerzos económicos, bélicos y financieros para derrotar a Rusia y asume que no debe haber posiciones intermedias cuando el sistema internacional cruje por las ambiciones geopolíticas de Putin.
Esos dos gestos diplomáticos también enfriaron las relaciones bilaterales entre Balcarce 50 y la Casa Blanca.