Los agresores no estaban de acuerdo con el matrimonio y esta fue su terrible reacción.
El supuesto “delito” de Abdul Baqi, un joven pakistaní de 22 años, fue querer casarse por amor. En la aldea Nasirabad, provincia de Balochistán, es común que las familias arreglen matrimonios de conveniencia para sus hijos pero, cuando Baqui decidió rechazar el suyo, su padre y sus hermanos le castigaron de manera inhumana: le sacaron los ojos con una cuchara y un cuchillo.
Lo encerraron en una habitación, lo inmovilizaron, le sacaron los dos ojos de las órbitas con una cuchara y le cortaron las venas con un cuchillo. La madre de Abdul estaba encerrada en otra habitación para que no pudiera intervenir y salvar a su hijo.
Abdul está siendo atendido en el hospital. Allí habló con algunos medios como Daily Pakistan y aseguró que después de la tortura suplicó que le mataran pero que le dejaron con vida para que “sirviera como ejemplo”.
“Vi mi primer ojo colgando fuera de la cuenca”, aseguró Baqui desde el hospital.
Fue uno de sus hermanos, que no se encontraba en la escena y que se enteró por los vecinos al escuchar los gritos, quien lo llevó al hospital.
El padre y dos de los hermanos han sido detenidos, los otros dos que participaron en la tortura se encuentran prófugos.