El descubrimiento de dos esqueletos enterrados bajo un muro derrumbado en el yacimiento arqueológico de Pompeya apunta a muertes por los potentes terremotos que acompañaron a la devastadora erupción del Vesubio en el siglo I, además de las víctimas de las cenizas y gases volcánicos.
MILÁN (AP) – Los dos esqueletos, que se cree son de hombres de al menos 55 años, fueron hallados en los Casti Amanti, o Casa de los Amantes Castos, bajo un muro que se derrumbó antes de que la zona quedara cubierta por el material volcánico. En el momento de la erupción, en el año 79 d.C., la zona estaba probablemente en obras de reconstrucción, tras un terremoto que se había producido unos días antes.
«En los últimos años nos hemos dado cuenta de que en la época de la erupción se produjeron violentos y potentes movimientos sísmicos», explica Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya.
Las nuevas técnicas y metodología arqueológicas «nos permiten comprender mejor el infierno que en dos días destruyó por completo la ciudad de Pompeya, matando a muchos habitantes», añadió, lo que hace posible determinar la dinámica de las muertes hasta los últimos segundos.
En el yacimiento arqueológico situado al sur de Nápoles se han encontrado más de 1.300 víctimas en los últimos 250 años.