El Vaticano informó el viernes que un fondo caritativo clave, el Óbolo de Pedro, duplicó sus ingresos en 2022 a 107 millones de euros, o más de 166 millones de dólares, incluso cuando las donaciones de los fieles disminuyeron ligeramente tras años de escándalos sobre la mala gestión financiera en la Santa Sede.
En total, el fondo del Óbolo de Pedro, que financia la burocracia vaticana y los proyectos caritativos del papa en todo el mundo, cerró 2022 con 11,5 millones de euros de superávit, frente al déficit de 18,4 millones de euros de 2021. Ese año solo ingresó 46,9 millones de euros, según el balance financiero.
Es el segundo año que la Santa Sede publica un estado financiero específico para el fondo del Óbolo de Pedro, como parte del impulso del Papa Francisco a una mayor transparencia financiera en un intento de asegurar a los fieles que sus contribuciones se están utilizando bien.
Las revelaciones se producen tras años de escándalos, en particular la inversión de 350 millones de euros de la Secretaría de Estado del Vaticano en una operación inmobiliaria en Londres, que actualmente es objeto de un proceso penal en el Tribunal Vaticano. Los fiscales alegaron inicialmente que el dinero invertido procedía del fondo Peter’s Pence, pero funcionarios del Vaticano han corregido desde entonces a los fiscales y han dicho que el dinero procedía de otras fuentes.
El escándalo de la operación inmobiliaria de Londres, sumado a otros problemas financieros más generales y a los efectos de la pandemia, que cerró iglesias y las privó de las colectas de misa, ha provocado un descenso de las donaciones. Las contribuciones de donantes particulares y de las diócesis, que dedican una colecta específica a la colecta del Óbolo de Pedro cada 29 de junio, registraron ligeros descensos en 2022, aunque los ingresos se compensaron con creces gracias a la venta y gestión de las vastas propiedades inmobiliarias del Vaticano, según el balance financiero.
Una vez más, Estados Unidos fue el mayor donante global al fondo del Óbolo de Pedro, ofreciendo 13 millones de euros en 2022 frente a los 11 millones del año anterior. Otros grandes donantes fueron Italia y Alemania, pero también ofrecieron menos el año pasado que el anterior. Corea del Sur envió 3,5 millones de euros, más del doble que el año anterior, y se situó en segundo lugar. México y Eslovaquia se incorporaron a la lista de los 10 mayores donantes en 2022, mientras que Canadá y la República Checa descendieron.
El superávit de este año se produce incluso cuando los gastos para financiar la burocracia de la Santa Sede se dispararon hasta los 383,9 millones de euros el año pasado, frente a los 237,7 millones de euros de 2021, en gran parte porque se incluyeron en la contabilidad más entidades gestionadas por la Iglesia.
En el frente caritativo, algunos de los proyectos que se financiaron con las contribuciones del Óbolo de Pedro el año pasado fueron la ayuda a los ucranianos afectados por la guerra, la construcción de iglesias y capillas en Brasil, Bangladesh y Angola y el apoyo a la formación de monjas en Malawi.



