El presidente de Nigeria dijo el miércoles que algunos elementos de la guardia presidencial intentaron avanzar contra él y que el ejército atacará si no retroceden.
NIAMEY, Níger (AP) – La cuenta oficial del presidente Mohamed Bazoum tuiteó que algunos miembros de la guardia presidencial protagonizaron una «manifestación antirrepublicana» e intentaron en vano obtener el apoyo de las demás fuerzas de seguridad.
El presidente y su familia estaban bien, pero el ejército y la guardia nacional estaban listos para atacar si los implicados no cambiaban de opinión, decía el tuit.
No está claro qué desencadenó las tensiones, pero las calles que rodean el palacio presidencial en la capital, Niamey, fueron bloqueadas el miércoles, al igual que algunos ministerios del gobierno.
Una persona cercana al presidente, que no estaba autorizada a hablar con los medios de comunicación, dijo a The Associated Press que la guardia presidencial había rodeado su casa con él y su esposa dentro, y que se estaban llevando a cabo negociaciones entre las partes.
Bazoum fue elegido presidente hace dos años en el primer traspaso de poder pacífico y democrático del país desde su independencia de Francia en 1960. La nación de África Occidental ha sufrido cuatro golpes de estado, y Bazoum frustró un intento de golpe días antes de jurar su cargo.
Su administración se enfrenta a amenazas sin precedentes de extremistas islámicos vinculados a Al Qaeda y al grupo Estado Islámico en el oeste del país, y a un deterioro de la seguridad y la situación política en la región. Los vecinos Malí y Burkina Faso han sufrido cuatro golpes de Estado desde 2020 y ambos están siendo invadidos por extremistas.
La situación en la capital el miércoles seguía siendo tranquila, pero incierta.
Un periodista local de la emisora estatal dijo que había al menos una docena de refuerzos enviados desde la guardia nacional a la estación de radio, y algunas fuerzas de seguridad internacionales que operan en el país recibieron la orden de estar bajo llave.
Los analistas de seguridad afirman que, si se trata de un intento de golpe de Estado, no contribuirá a frenar la inseguridad en la región.
«Los repetidos golpes de Estado en el Sahel señalaron el comienzo de una nueva era. Una era en la que los militares tienen el control, y el fin de lo que era una democracia esperanzadora. Como estamos viendo en Burkina Faso y Malí, los golpes no abordaron realmente las cuestiones de seguridad, que era la justificación de estos golpes», afirmó Rida Lyammouri, investigador principal del Centro de Políticas para el Nuevo Sur, un think tank con sede en Marruecos.
«Los golpes militares son sencillamente malos y hacen retroceder a los países afectados en lugar de hacerlos avanzar hacia la estabilidad y un futuro próspero».