El distrito escolar de Uvalde despidió el miércoles al jefe de policía Pete Arrendondo, convirtiéndolo en el primer oficial en perder su trabajo por la respuesta vacilante y torpe de las fuerzas del orden en la Escuela Primaria Robb cuando un hombre armado mató a 19 estudiantes y dos maestros en un aula de cuarto grado.
UVALDE, Texas (AP) – En una votación unánime que llegó después de meses de airados llamamientos para su destitución, el consejo de administración del Distrito Escolar Independiente Consolidado de Uvalde despidió a Arredondo en un auditorio de padres y supervivientes de la masacre del 24 de mayo.
Su destitución se produjo tres meses después de uno de los tiroteos en aulas más mortíferos de la historia de Estados Unidos.
La votación fue seguida por vítores de la multitud, y algunos padres salieron llorando.
«¡Cobarde!», gritaron algunos asistentes al inicio de la reunión.
Arredondo, que está de baja en el distrito desde el 22 de junio, ha sido objeto del más intenso escrutinio de los casi 400 agentes que acudieron a la escuela pero esperaron más de una hora para enfrentarse al pistolero de 18 años en un aula de cuarto grado.
En particular, Arredondo fue criticado por no haber ordenado a los agentes que actuaran antes. El coronel Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, ha dicho que Arredondo estuvo a cargo de la respuesta de las fuerzas del orden al ataque.
Arredondo no asistió con su carrera en juego.
En cambio, minutos antes de que comenzara la reunión del consejo escolar de Uvalde, el abogado de Arredondo publicó una mordaz carta de 4.500 palabras que suponía la defensa más completa del jefe de policía hasta la fecha de sus acciones. A lo largo de 17 páginas desafiantes, Arredondo no es el jefe de policía escolar torpe al que una investigación estatal condenatoria culpó de no tomar el mando y de perder el tiempo buscando las llaves de una puerta probablemente abierta, sino un agente valiente cuyas decisiones sensatas salvaron la vida de otros estudiantes.
Arredondo es el primer agente destituido por la vacilante y torpe respuesta de las fuerzas del orden a la tragedia del 24 de mayo. Sólo se sabe que otro agente -el teniente del Departamento de Policía de Uvalde Mariano Pargas, que era el jefe de policía en funciones de la ciudad el día de la masacre- ha sido puesto en excedencia por sus acciones durante el tiroteo.