Xi Jinping planea visitar Moscú la próxima semana, un importante impulso para el presidente ruso, Vladimir Putin, en medio de la agudización de las tensiones entre Oriente y Occidente por la guerra en Ucrania y la última señal de las ambiciones diplomáticas envalentonadas de Pekín.
KYIV, Ucrania (AP) – Los líderes occidentales han tratado de aislar a Putin por el conflicto, que ya dura 13 meses. El viaje de Xi, anunciado el viernes, es una inyección diplomática al líder ruso en un momento en que sus tropas están empantanadas en una batalla de desgaste, centrada ahora en la región oriental ucraniana de Donbás.
China ha tratado de proyectarse como neutral en el conflicto, aun cuando se ha negado a condenar la agresión de Moscú y declaró el año pasado que tenía una amistad «sin límites» con Rusia. Pekín ha denunciado las sanciones occidentales contra Moscú y ha acusado a la OTAN y a Estados Unidos de provocar la acción militar de Putin.
En declaraciones sobre Ucrania, China ha dicho que deben respetarse la soberanía y la integridad territorial de todos los países. Sin embargo, no está claro si simpatiza con las reivindicaciones de Moscú sobre el territorio ucraniano arrebatado.
La visita de Xi supondrá su primer encuentro con Putin desde septiembre, cuando se reunieron al margen de una cumbre regional en Samarcanda (Ubekistán). Antes de eso, Putin asistió a la inauguración de los Juegos de Invierno de Pekín 2022 y se reunió con Xi poco antes de enviar tropas a Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el viernes que Putin y Xi mantendrían una reunión a solas durante una cena informal el lunes. Para el martes están previstas conversaciones más amplias en las que participarán funcionarios de ambos países.
El asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, sugirió que las conversaciones podrían aportar nuevos enfoques a los combates en Ucrania.
«Estoy seguro de que nuestro líder y el líder chino intercambiarán sus valoraciones de la situación en el contexto del desarrollo del conflicto en Ucrania», dijo Ushakov. «Veremos qué ideas surgen después de eso».
Un portavoz del Primer Ministro, Rishi Sunak, dijo que Gran Bretaña daría la bienvenida a cualquier esfuerzo genuino de China dirigido a «restaurar la soberanía de Ucrania». Kiev dice que eso no es negociable en cualquier intento de poner fin a la guerra, y esa postura ha sido respaldada por sus aliados occidentales.
«Cualquier acuerdo de paz que no se base en la soberanía y la autodeterminación de Ucrania no es un acuerdo de paz en absoluto», declaró Jamie Davies, portavoz de Sunak.
El jueves, el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang, se puso en contacto con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, para decirle que Pekín estaba preocupado por la posibilidad de que la guerra se descontrolara e instó a Moscú a buscar una solución política.
China «siempre ha mantenido una postura objetiva y justa sobre la cuestión ucraniana, se ha comprometido a promover la paz y a avanzar en las negociaciones, y pide a la comunidad internacional que cree las condiciones para las conversaciones de paz», declaró Qin.
Kuleba tuiteó después que él y Qin «discutieron el significado del principio de integridad territorial». Ucrania ha enumerado la retirada de Rusia de las zonas ocupadas como principal condición para la paz.
«Subrayé la importancia de la fórmula de paz (del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky) para poner fin a la agresión y restablecer una paz justa en Ucrania», escribió Kuleba, que habló el mismo día con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
China pidió el mes pasado un alto el fuego en Ucrania y conversaciones de paz entre Kiev y Moscú. Zelenskyy acogió con cautela la implicación de Pekín, pero la propuesta no pareció ir más allá.
China tiene sus propios problemas de integridad territorial con Taiwán, que reclama como territorio propio para someterlo a su control por la fuerza si es necesario.
La aparente mayor implicación de Pekín en las cuestiones ucranianas se produce después de que la semana pasada lograra entablar conversaciones entre Irán y su principal rival en Oriente Próximo, Arabia Saudí. Ambos países acordaron restablecer sus lazos diplomáticos tras años de tensiones.
El acuerdo otorgó a China un papel protagonista en la política de Oriente Medio, reservado hasta entonces a pesos pesados mundiales como Estados Unidos.
A raíz de ello, Xi instó a China a desempeñar un papel más importante en la gestión de los asuntos mundiales.
Washington ha movilizado los esfuerzos militares y diplomáticos occidentales contra Putin, pero el líder ruso no ha dado muestras de suavizar su beligerante postura.
La destrucción de un avión no tripulado estadounidense sobre el Mar Negro el martes, tras un encuentro con aviones de combate rusos, aumentó aún más las tensiones entre Estados Unidos y Rusia, aunque también propició las primeras conversaciones entre los jefes de defensa y militares de ambos países desde octubre.
Putin invitó a Xi a visitar Rusia durante una videoconferencia que ambos mantuvieron a finales de diciembre. La visita, dijo Putin, podría «demostrar al mundo entero la fortaleza de los lazos ruso-chinos» y «convertirse en el principal acontecimiento político del año en las relaciones bilaterales».
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, declaró el viernes que Xi «mantendrá un profundo intercambio de puntos de vista con el presidente Putin sobre las relaciones bilaterales y los principales asuntos internacionales y regionales de interés común….».
«Actualmente, el mundo está entrando en un nuevo periodo de turbulencias y reformas con la acelerada evolución de los cambios de siglo. Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y países importantes de primer orden, el significado y el impacto de las relaciones China-Rusia van mucho más allá del ámbito bilateral», añadió.
El Kremlin dijo en un comunicado que Xi y Putin intercambiarán puntos de vista «en el contexto de la profundización de la cooperación ruso-china en el ámbito internacional» y firmarán «importantes documentos bilaterales».