Cientos de migrantes -la mayoría de ellos hondureños- saltaron este viernes la valla del control fronterizo de Tecún Umán, entre Guatemala y México, con la intención de continuar su viaje hacia Estados Unidos.
Se trata de integrantes de la caravana que el pasado sábado salió de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, y que esta mañana llegó a la frontera donde los esperaba una fuerte presencia policial del lado guatemalteco.
Después de horas de tensión y un sofocante calor, una multitud acabó sobrepasando el cordón policial y cruzando la frontera hacia territorio mexicano ante la mirada de los agentes, tal y como presenció la enviada especial de BBC Mundo, Ana Gabriela Rojas.
Tras el cruce de cientos de migrantes, la tensión aumentó y la policía mexicana empleó gases lacrimógenos.
Varios heridos
Al pasar esa primera barrera, los migrantes «se quedaron varados» en el puente sobre el río Suchiate, que marca la frontera occidental entre ambos países, informó Rojas.
«Algunos, los hombres más jóvenes, se tiraron del puente desde varios metros de altura. Cayeron al río y fueron rescatados por balseros. El caudal del río está crecido por las últimas lluvias, pero aún así no es demasiado profundo», explicó la corresponsal.
Cantando el himno de Honduras y levantando a sus hijos en brazos, muchos migrantes solicitaban el paso a las autoridades migratorias mexicanas. Algunos de ellos lanzaron piedras y varias personas resultaron heridas.
El comisionado general de la Policía Federal de México, Manelich Castilla, pidió a través de un megáfono que «desistan de las agresiones» para proceder a un «ingreso ordenado», informó la agencia Reuters.
En declaraciones a Milenio TV, el secretario de Gobernación mexicano, Alfonso Navarrete, denunció que los migrantes entraron «por la fuerza» a su país y que «lastimaron» a policías mexicanos en la frontera.
Según el funcionario, las autoridades mexicanas habían llegado a un acuerdo con los migrantes para que entraran de manera «ordenada» en grupos de entre 50 y 100 personas para ser revisados, pero la caravana «incumplió» el acuerdo.
Tras lo ocurrido, algunos migrantes decidieron tomar el camino de vuelta hacia Guatemala.
El comisionado general de la Policía Federal de México informó posteriormente que se había restablecido el orden en el puente y que se comenzaría a ingresar a los migrantes de forma ordenada, recoge Reuters.
Tras las advertencias y críticas de Trump, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, viajó a México para conversar con su homólogo Luis Videgaray sobre la situación.
En una rueda de prensa celebrada horas antes de que la caravana llegara a la frontera con Guatemala y México, Pompeo señaló: «Una cifra récord de inmigrantes de Honduras viene camino de Estados Unidos (…). Queremos que se le ponga alto en México antes de que lleguen».
Videgaray, por su parte, reconoció que la llegada de la caravana es un «desafío» para México y explicó que habían solicitado ayuda a la ONU para gestionar su llegada.
Según las cifras que ofreció en la mañana del viernes, en la caravana viajaban cerca de 4.000 personas y cada uno de ellos podía solicitar la entrada al país con visa y pasaporte, si es que dispone de esos documentos, o mediante una solicitud de refugio, según Reuters.