El presidente Joe Biden mantuvo el martes el límite nacional de admisiones de refugiados en 125.000 para el año presupuestario 2023, a pesar de la presión de los defensores de aumentar aún más para satisfacer la necesidad después de caer muy lejos de ese objetivo este año.
SAN DIEGO (AP) – Los defensores de los refugiados han estado presionando al gobierno de Biden para que haga más por restaurar el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos. El programa, que tiene más de cuatro décadas de antigüedad, sufrió profundos recortes bajo la administración Trump, que redujo las admisiones a un mínimo histórico de 15.000.
Biden elevó el tope a cuatro veces esa cantidad, pero hasta ahora se han admitido menos de 20.000 refugiados este año presupuestario, que termina el 30 de septiembre.
Esa cifra excluye a los aproximadamente 180.000 ucranianos y afganos que llegaron a Estados Unidos a través de un proceso legal llamado libertad condicional humanitaria que les permitió entrar en el país más rápidamente que el programa tradicional de refugiados, pero que sólo permite estancias de hasta dos años.
A los refugiados se les ofrece una vía para obtener la residencia permanente. Sus admisiones las determina el presidente cada año, y la financiación federal para las agencias de reasentamiento se basa en el número de personas que reasientan en un año determinado.
El objetivo de 125.000 «está justificado por razones humanitarias o por el interés nacional», declaró Biden en su decisión presidencial. Históricamente, la media ha sido de 95.000 bajo administraciones tanto republicanas como demócratas.
Biden destinó 5.000 plazas más para personas procedentes de Europa y Asia Central para el ejercicio presupuestario de 2023, haciendo sitio para acoger a quienes huyen de la guerra en Ucrania.
El mayor número de plazas -40.000- se reservó para los refugiados de África, seguidos por 35.000 del sur de Asia y 15.000 de Asia Oriental, Europa y América Latina.
Biden ha luchado por restablecer el Programa de Refugiados de Estados Unidos a pesar de haber aumentado las cifras y de haber eliminado las barreras burocráticas establecidas por su predecesor, que ralentizaban el proceso y provocaban un enorme retraso.
Krish O’Mara Vignarajah, director del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, dijo que el gobierno de Biden debe actuar ahora para mejorar el programa de refugiados, ya que las Naciones Unidas informan de un récord de 100 millones de personas desplazadas de sus hogares.
«Debe acelerar y agilizar la tramitación en el extranjero de las solicitudes de refugio si quiere que este programa que salva vidas siga siendo relevante en medio de una crisis mundial de desplazamiento sin precedentes», dijo en un comunicado.