SYDNEY (AP) – Los casos de coronavirus se dispararon en toda Australia el miércoles al explotar un brote de la variante omicron, lo que llevó al primer ministro Scott Morrison a programar una reunión de emergencia del gabinete nacional.
La oleada ya ha desbordado los centros de análisis, ha provocado la imposición de nuevas vacunas y ha hecho que al menos un estado reduzca las cirugías electivas.
Los nuevos contagios en Sídney y las zonas cercanas del estado de Nueva Gales del Sur se dispararon a más de 11.000, frente a los 6.000 del día anterior. El estado de Victoria también informó de un récord de 3.700 casos, más de 1.000 por encima del récord anterior establecido el martes.
Morrison dijo que los líderes de la nación se reunirían antes de lo previsto el jueves. «A medida que el omicron siga avanzando, veremos más presiones, pero los estados y territorios están trabajando muy estrechamente en sus planes para hacer frente a esos desafíos», dijo Morrison a los periodistas.
Dijo que esperaba que la reunión ayudara a dar una definición más clara de lo que constituye un contacto estrecho y de las pruebas que deben utilizarse en diferentes circunstancias, a medida que el número de casos se dispara.
Otros estados también informaron de un aumento de las cifras, con más de 1.500 nuevas infecciones en Queensland, 1.400 en Australia Meridional, 138 en el Territorio de la Capital Australiana y 55 en Tasmania. Las autoridades sanitarias de Queensland afirmaron que cerca del 80% de los casos eran de la variante omicrónica.
Australia Meridional anunció que pondría límites a las operaciones quirúrgicas electivas y obligaría a los trabajadores sanitarios de primera línea a recibir refuerzos de la vacuna.
