Más de dos docenas de habitantes de Rhode Island fueron asesinados en incidentes de violencia doméstica en un período de cuatro años, según un informe recientemente publicado por la Coalición de Rhode Island contra la Violencia Doméstica (RICADV).
PROVIDENCE, R.I. (WPRI) – Entre 2016 y 2020, el informe revela que hubo 26 homicidios por violencia doméstica en 11 ciudades y pueblos.
El informe indica que 21 de las víctimas fueron asesinadas en un incidente de homicidio de pareja íntima, mientras que los otros cinco eran miembros de la familia o compañeros de habitación.
De las 21 víctimas asesinadas en incidentes de homicidio de la pareja íntima, el informe indica que 15 eran una pareja íntima actual o anterior del agresor y seis eran transeúntes asesinados durante un ataque a la pareja íntima del agresor.
Rios describió que el vínculo mortal entre la comunidad y la violencia doméstica es «significativo y devastador».
«Nos recuerda lo peligrosos que pueden ser los individuos abusivos, no sólo para aquellos a los que dicen amar, sino también para la comunidad», dijo Ríos.
El informe revela que el 42% de los homicidios por violencia doméstica entre 2016 y 2020 fueron cometidos con un arma de fuego.
«Las armas de fuego siguen siendo el arma más común utilizada para matar a las víctimas en Rhode Island», dijo Ríos.
Ríos dijo que hay una serie de factores de riesgo de homicidio doméstico, incluyendo la victimización previa, las órdenes de restricción, los antecedentes penales, el acoso, las amenazas directas, las agresiones anteriores y la presencia de un arma de fuego.
«No podemos ignorar estas señales de advertencia», dijo Ríos.
El informe sugiere que el estado establezca un Tribunal de Violencia Doméstica dedicado a «promover una mayor seguridad de las víctimas, la toma de decisiones judiciales informadas y la responsabilidad del delincuente en casos críticos de abuso doméstico.»
«Muchos otros estados y jurisdicciones de todo el país han adoptado este modelo de tribunal especializado», afirma el informe.
También sugiere que el estado siga invirtiendo en proveedores de servicios de violencia doméstica, estrategias de prevención primaria y viviendas especializadas para las supervivientes.
«Todavía nos queda mucho trabajo por hacer», dijo Ríos. «Cualquier vida perdida por la violencia doméstica es una de más».