La capacidad de Delta de propagarse con mayor facilidad hace que sea un riesgo mayor para los niños y destaca la necesidad de usar barbijos en las escuelas y de vacunar a los que tienen la edad suficiente, dijo el Dr. Juan Dumois, médico especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Johns Hopkins All Children’s Hospital en San Petersburgo, Florida.
Las tasas semanales de infección entre los niños de EE.UU. a principios de este mes superaron las 250.000, superando el pico de invierno, según datos de la Academia Americana de Pediatría y la Asociación de Hospitales Infantiles. Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, más de 5 millones de niños en EE.UU. han dado positivo en las pruebas de COVID-19.
La variante delta se ha identificado en al menos 180 países, según la Organización Mundial de la Salud. En muchos de ellos, el aumento de las infecciones ha supuesto también un incremento de las hospitalizaciones en niños pequeños y adolescentes.
Las cifras pueden hacer parecer que los niños están enfermando más con la variante delta, pero los expertos dicen que no parece ser el caso. La mayoría de los niños infectados tienen infecciones leves o no presentan síntomas y no necesitan ser hospitalizados.
Las vacunas COVID-19 siguen proporcionando protección contra la variante delta. Entre los niños de 12 años o más -que pueden ser vacunados contra la COVID-19- la tasa de hospitalización semanal en julio fue 10 veces mayor para los no vacunados que para los que se han vacunado, según los datos de los CDC.