Un árbitro supuestamente renunció en el hielo durante un torneo de hockey juvenil en Warwick el fin de semana después de una tensa confrontación con los padres de los equipos visitantes.
WARWICK, R.I. (WPRI) – «Creo que ese partido fue un pequeño ejemplo de un problema mayor», dijo a 12 News Jon Lounsbury, cuya hija juega al hockey sobre hielo juvenil.
Lounsbury estuvo el sábado en el Thayer Arena de Warwick para ver a su hija y a su equipo de niñas de 9 y 10 años de Massachusetts enfrentarse a otro equipo sub-10 de Pensilvania.
«Los padres del otro lado… Nada les sentó bien con el arbitraje», dijo Lounsbury. «Son niños pequeños, así que suben y bajan, se caen, se chocan. Es divertido, es más competitivo de lo que la gente podría pensar, pero al mismo tiempo… Simplemente lo hacen lo mejor que pueden».
Eso llevó a un altercado verbal entre uno de los árbitros, una chica adolescente, y los padres del equipo de Pensilvania, que, según Lounsbury, siguieron gritando al árbitro.
«Ella se derrumbó. Pidió a uno o dos padres que se marcharan, y se pusieron a discutir. No pude oír lo que se dijo, pero la árbitro se echó a llorar y abandonó el partido», dijo Lounsbury.
Este problema no es nuevo.
En una encuesta de árbitros de todos los deportes realizada en 2017 por la Asociación Nacional de Oficiales Deportivos, el 57% dijo que la deportividad está empeorando, no mejorando, y la mayoría dijo que la deportividad está en sus peores niveles en los deportes juveniles.
Más del 39% de los árbitros encuestados dijeron que los padres causaban la mayoría de los problemas con la deportividad.
«Queremos que nuestros hijos crezcan para ser la mejor versión de sí mismos, y así es como estamos actuando. Es simplemente triste», dijo Lounsbury. «El deporte está siendo arruinado… por individuos que están en él por otras razones que el beneficio de su hijo».
El equipo de Pensilvania se impuso por 1-0 al de Massachusetts, según el box score.
Después del partido, Lounsbury publicó una foto en las redes sociales en la que se veía a su hija y a sus compañeros de equipo comprobando si el árbitro estaba bien, lo que, según dijo, fue un momento que le hizo sentirse orgulloso como padre.