SYDNEY (AP) – El primer ministro del estado más poblado de Australia dijo que no está considerando la posibilidad de realizar cierres u otras restricciones, ya que el viernes se informó de un récord de 2.213 nuevos casos de COVID-19, la cifra más alta desde que comenzó la pandemia.
El nuevo pico siguió a los 1.742 casos notificados en el estado de Nueva Gales del Sur el jueves (16 de diciembre), que superaron el anterior récord establecido en septiembre. El viernes se notificó una nueva muerte y 215 personas estaban hospitalizadas, muy por debajo del máximo de 1.266 en septiembre.
El Primer Ministro Dominic Perrottet dijo que no se volverán a aplicar los cierres y restricciones que se utilizaban anteriormente para controlar la propagación del COVID-19 en Nueva Gales del Sur, ahora que el 93,3% de la población apta está vacunada.
El gobierno estatal está utilizando los ingresos hospitalarios, especialmente el número de pacientes en cuidados intensivos, como indicador de la gravedad de la pandemia. El viernes había 24 personas en las UCI.
El miércoles, Nueva Gales del Sur suavizó las normas sobre el uso de barbijos y la necesidad de presentar una prueba de vacunación en algunos lugares, lo que permite a los no vacunados participar más plenamente en los actos sociales.
El estado de Victoria informó el viernes de 1.510 casos y siete muertes. El primer ministro del estado, Daniel Andrews, dio negativo en las pruebas del virus y pudo abandonar el aislamiento tras haber estado potencialmente expuesto a un caso de COVID-19.
El ministro de Defensa de Australia, Peter Dutton, describió las últimas cifras de casos como «confrontantes», pero dijo que los cierres no son la respuesta.
«Omicron superará a Delta y creo que vamos a ver muchos miles de casos cada día, decenas de miles de casos», dijo Dutton. «Pero no podemos bloquearnos. Si nos encerramos, también podríamos estar encerrados durante los próximos dos años, porque simplemente no nos ocuparemos de ello».
