CIUDAD DE MÉXICO (AP) – La depresión tropical Pamela se disipó en el norte de México el miércoles (13 de octubre) por la noche después de azotar la costa del Pacífico del país como un huracán, aunque los meteorólogos advirtieron que sus remanentes lluviosos todavía suponían una amenaza de inundación para partes de Texas y Oklahoma.
Pamela tocó tierra a primera hora del miércoles a unos 65 kilómetros al norte de la ciudad turística y portuaria de Mazatlán, donde las autoridades de protección civil dijeron que el viento y la lluvia causaron pequeñas inundaciones pero no causaron muchos daños. Fue perdiendo fuerza mientras se desplazaba hacia el interior, debilitándose primero a tormenta tropical y luego a depresión tropical.
El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. dijo que los vientos de Pamela habían disminuido a unas 30 mph (45 kph) cuando se disipó a unos 100 millas (180 kilómetros) al oeste de Laredo, Texas, que está en la frontera con México.
Los meteorólogos dijeron que se esperaba un mayor deterioro durante la noche, pero advirtieron que se esperaba que la tormenta dejara caer de 7 a 15 centímetros (3 a 6 pulgadas) de lluvia en partes del centro de Texas y el sureste de Oklahoma, con hasta 20 centímetros (8 pulgadas) en puntos aislados. «Esto puede dar lugar a considerables inundaciones repentinas y urbanas», dijo el centro de huracanes.
