PROVIDENCE, R.I. (WPRI) – El COVID-19 no sólo ha amenazado nuestra salud física, sino también nuestra salud mental. En los últimos 18 meses, la gente se ha animado a buscar atención profesional para hacer frente al estrés añadido de la pandemia.
Desde las personas que se enfrentan a la pérdida de empleo y a estar encerradas en casa hasta la desafiante incertidumbre de todo ello, los psicólogos y terapeutas han visto un aumento de nuevos pacientes, lo que se suma a su ya estresante carga de trabajo. Cuando los trabajadores sanitarios terminan sus turnos, dejan físicamente su trabajo en el hospital, pero traen consigo el desgaste emocional que las largas horas y el peso del sufrimiento humano han tenido en su estado de ánimo.
La Dra. Kristy Dalrymple está en primera línea del tratamiento de la salud mental y conductual de los pacientes en el Hospital de Rhode Island. Cuenta a 12 News que, al igual que los médicos de la UCI, los profesionales de la salud mental se han enfrentado a una increíble cantidad de estrés al ayudar a tantas personas en este difícil momento.
Si a esto le sumamos el hecho de que las citas pasaron a ser virtuales, lo que eliminó el toque personal de reunirse con la gente cara a cara, estos trabajadores experimentan los mismos sentimientos de soledad y aislamiento que están ayudando a sus pacientes a superar, según Dalrymple.
«Estamos sentados en una oficina en la que durante todo el día puede que no veamos a otra persona físicamente, por lo que puede ser realmente útil mantenerse conectado con los demás», dijo.
Por ello, muchos profesionales de la salud mental han recurrido a los mismos mecanismos de afrontamiento que venían sugiriendo a sus pacientes. Dalrymple dijo que para ella, un paseo de cinco minutos al aire libre fuera de su oficina le ayuda a pasar el día. Dalrymple aconsejó a cualquier persona que esté pasando por un momento difícil que busque ayuda, ya que puede suponer una gran diferencia.
